52 momentos: proyecto

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La memoria es todo menos pasiva. Aborrece los espacios vacíos, los momentos olvidados y los no recordados. Este proyecto es un paso más en la trayectoria de trabajo sobre mi propia memoria, trabajo que llevo desarrollando ya durante los últimos veinticinco años, la mitad de mi propia vida.

Hace ya casi veinte años realice un proyecto semejante durante el año 1992, en el que cumplí mis 30 años. Fui documentando en vídeo diez segundos de todos y cada uno de los días de mi vida cotidiana, hasta totalizar 3660 segundos, es decir una hora y un minuto. En aquella época ese tipo de trabajo requería un esfuerzo y una constancia difícil de comprender hoy en día, dada la facilidad actual para registrar vídeo incluso con un simple teléfono móvil... y ése es el medio escogido para la realización de "52 momentos".

Pero antes de seguir quiero situar la escena: en sólo unos meses alcanzaré el medio siglo de vida, aunque viéndolo bajo otro prisma podría decir que ya los tengo, si cuento desde la concepción y no desde el nacimiento. Tal forma de proceder era común en varias culturas del extremo oriente*, pues cuando la persona nacía se contaba ya el primer año. Así, tras ciertas dudas y deliberaciones, he decidido que este proyecto dé comienzo 39 semanas antes de mi quincuagésimo cumpleaños. Concluirá, por tanto, unas 13 semanas después de dicho día.

Cada uno de los 52 sábados publicaré una pequeña pieza videográfica en la que imaginaré el recuerdo que nunca tuve de la semana correspondiente, cincuenta años atrás. Se tratará de una evocación personal, pero no de una autobiografía. Tampoco habrá ninguna clase de justificación histórica ni documentación de dicha época. Ni siquiera de mi más cercano círculo familiar; no lo pretendo. Es en realidad una falsa memoria. O mejor, quizá, una memoria imaginaria.

52 momentos imaginados, vividos pero no recordados. Mi propio mito cosmogónico, si tal término es aplicable a una sola persona.